María, Madre nuestra, que bello es mirarte con Jesusito en los brazos.
Tú lo amaste mucho, le ayudaste a crecer, lo acompañaste toda su vida.
Y nosotros sabemos que nos amas también tal y como amabas a Jesús.
Acompáñame siempre y ayúdame a amar a Jesús y a los demás.
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