Señor, tú nos has dado ojos y orejas,
tesoros pequeños pero muy valiosos.
Ayúdame a abrir bien los ojos
para que pueda ver a quien tengo a mi alrededor.
Haz que mis orejas escuchen con atención,
para estar disponible cuando alguien me necesita.
Estar disponible es una forma de construir la PAZ.