Oh Dios, Padre de todos los niños,
que los quieres como hijos e hijas tuyos,
que los acaricias de la mañana a la noche con tu mirada y los haces crecer con la ayuda de todos y todas.
Te pedimos que todos puedan disfrutar de los mismos derechos y posibilidades. Que los adultos los respeten, los valoren y los quieran como Jesús dijo:
"Dejad que los niños se me acerquen a mi,
que el Reino del Cielo es para ellos;
para ellos y para todos los que se les asemejan".(Lc 18, 16)