Todas las personas somos únicas e irrepetibles y los niños y niñas debemos saberlo para aceptarnos tal y como somos.
Aceptar las diferencias también nos ayudará a no compararnos con los demás, aprender a ser mejores y, en consecuencia, más felices.
También nos servirá para aprender a respetar a los demás y aceptar la diversidad como parte natural de nuestra existencia.