Miércoles, 7 de febrero


El agua es la base de la vida en el planeta, de manera que nuestra calidad de vida y la salud de los ecosistemas naturales dependen directamente de la calidad del agua.

Un agua de buena calidad beneficia al medio ambiente y protege la salud de las personas y del resto de seres vivos.

Por el contrario, la mala calidad del agua propaga enfermedades y daña a la naturaleza.

Desgraciadamente, más de 2.500 millones de personas en el mundo viven en comunidades que carecen de un sistema adecuado de saneamiento. 

Ser solidario con esas comunidades es una labor humanitaria importante.