Señor, dame un cuerpo para hacer el bien.
Ojos para ver el mundo bonito.
Orejas para oír a quien nos necesita.
Boca para darnos palabras de ánimo y alegría.
Manos para saludar y ayudar.
Un corazón generoso para querer.
Una cabeza para pensar y resolver pequeños retos de cada día con creatividad e imaginación.
¡Gracias buen Dios porque me has regalado un cuerpo precioso con el que puedo hacer muchísimas cosas!